Nueva ofensiva de la Guerra Mundial en el frente de Oriente Medio

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Nada de retirada de tropas, la ofensiva en Irak y Siria continua, utilizando nuevas estratagemas.

Turquía, Qatar y Arabia Saudita han ofrecido su apoyo a Estados Unidos para acoger campos de entrenamiento de la oposición «moderada», muy debilitada y fragmentada tras más tres años de guerra contra el régimen del líder sirio Bashar al Assad.

El plan de Estados Unidos es entrenar a 5.000 rebeldes sirios, mantener su campaña de bombardeos aéreos conjuntos contra el Estado Islámico y asistir y entrenar a las Fuerzas Armadas iraquíes para presionar en dos frentes a los extremistas islámicos, que han ocupado zonas en Siria e Irak.

http://www.lavanguardia.com/politica/20150107/54423069716/el-entrenamiento-a-rebeldes-sirios-comenzara-esta-primavera-segun-pentagono.html

A su vez Isrrael también ataca a Siria: http://actualidad.rt.com/actualidad/163751-siria-israel-altos-golan-bombardeo

HOY COMO AYER, ¡NO A LA GUERRA!

¡NO AL ENVÍO DE TROPAS ESPAÑOLAS A IRAQ!

Campaña Estatal Contra la Ocupación y por la Soberanía de Iraq (CEOSI)

IraqSolidaridad, 15 de enero de 2015

El pueblo español debe estar junto al pueblo iraquí, apoyando las iniciativas que surgen de ese clamor popular y que buscan una verdadera solución al conflicto iraquí que va mucho más allá de la aparición del Estado Islámico

Una vez más EEUU y los gobiernos occidentales desoyen el clamor popular iraquí y renuevan la guerra como estrategia “por el bien del imperio”, como dice el historiador J. Fontana. Y una vez más se argumentan motivos generales para encubrir intereses particulares: defensa (o imposición) de la “democracia”, es decir, su proyecto político sectario que ha llevado al país a su actual situación de caos; la lucha contra el terrorismo internacional. Todo ello pretende justificar una nueva guerra en Iraq, que solo traerá más muertos y destrucción sobre una población agotada por 30 años de guerras. .

No se da ninguna explicación de los efectos devastadores, de la destrucción completa del “liberado” Estado iraquí. A nadie parece importar que tras más de dos millones de muertos consecuencia directa de la ocupación y del terrible sufrimiento humano causado por esta guerra la situación del pueblo iraquí sea ahora horrorosamente peor que la que padecían con los gobiernos anteriores. Todo se justifica por el bien del imperio, aunque para los ciudadanos europeos o americanos no implique más que inseguridad y pérdida del bienestar y del control democrático de la política económica o internacional, sometida a los “mercados”, es decir a los intereses de los grandes grupos financieros internacionales.

En el caso de Iraq se recurre ahora a la rehabilitación del gobierno iraquí (acosado por las denuncias de violación sistemática de derechos humanos) frente a la barbarie del Estado Islámico. En Iraq antes de la guerra ilegal e injusta del 2003 era un país donde Al Queda u otras formas de radicalismo islámico no tenía presencia ni arraigo popular. ¿Qué ha pasado para que sectores de la población iraquí ya no apoyen a “su” gobierno frente a grupos islámicos fundamentalistas y bárbaros hasta extremos repulsivos para cualquier persona o sociedad normalizada? La respuesta está en los hechos de los que no se informa a la población internacional. La respuesta a las masivas manifestaciones pacíficas por parte del gobierno de Bagdad, sostenido hasta el final por los Estados Unidos, han sido los bombardeos directos a las ciudades que se han levantado reclamando el cese de la corrupción que devoraba la práctica totalidad de los inmensos recursos que dispone Iraq. Ninguna reclamación ni oposición civil o política recibía otra respuesta que la represión de las armas y encarcelamientos por medio de las milicias armadas de los clanes vinculados al gobierno.

El gobierno de Obama forzó el cambio de personas al sustituir el pasado agosto a Nuri Al-Maliki por Haider Al-Abadi, pero no del régimen. No se admite en las instituciones, ni en la libre asociación, a partidos o colectivos que no sean incondicionales de los clanes dominantes, sostenidos paradójicamente por Irán, con el consentimiento o acuerdo de los Estados Unidos.

La solución debe manar de la propia sociedad iraquí

En el año 2010, la CEOSI y el CSCA, con el apoyo de las instituciones de cooperación Asturianas y del Ayuntamiento de Gijón, ofrecimos a los diversos grupos de la oposición iraquí, en su práctica totalidad, desde baacistas, a organizaciones ligadas a territorios y tribus, incluyendo a islamistas moderados y democráticos, la posibilidad de reunirse en Asturias para discutir y hacer público un programa común para Iraq. Estaban también invitados personalidades internacionales del derecho internacional y los Derechos Humanos. Los iraquíes ya habían celebrado varias reuniones previas, y el programa consensuado se puede leer en Internet o en otros tipos de publicación. Era un programa claramente democrático, integrador, y pacífico.

Esta reunión finalmente no se pudo celebrar porque Nuri Al- Maliki elevó una protesta ante el gobierno español, que fue atendida, llegando el entorno del entonces primer ministro a hacer amenazas personales a los organizadores de la logística del encuentro.

¿Por qué no se ha querido integrar a la oposición pacífica y democrática? ¿Por qué no se les reconoce su derecho de asociación y reunión, básicos en cualquier pretendida democracia? ¿Por qué no se quiere una salida pacífica y realmente democrática para Iraq?

No encontramos otra respuesta que la conveniencia del imperio en que el país árabe que podía ser autónomo, emergente, y dueño de inmensos recursos, permanezca sumido en el caos impidiendo así que sea una fuerza activa independiente en la región.

¡No a la nueva intervención militar española en Iraq!

Los ciudadanos españoles, una vez más, debemos posicionarnos en contra del envío de tropas españolas para apoyar a un régimen que lleva más de diez años oprimiendo a su población, aplicando agendas exteriores a costa de la soberanía y la integridad iraquí. El pueblo español debe estar junto al pueblo iraquí, apoyando las iniciativas que surgen de ese clamor popular y que buscan una verdadera solución al conflicto iraquí que va mucho más allá de la aparición del Estado Islámico. El Estado español debería apoyar inciativas como la conferencia de Amán (16-17 de julio) en la que se discutió una salida política a la actual situación. Es solo a partir de esa estabilidad y fortaleza del Estado iraquí desde donde se puede combatir al Estado Islámico y no desde una nueva devastadora injerencia internacional.

Ante estas circunstancias se ha puesto en marcha en España la campaña

 

 

 

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