Mustafa Abdul Jalil y Mahmoud Jibril, allanando el camino para la conquista de la OTAN desde 2007

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Nicolas Sarkozy, Mahmoud Jibril, Bernard-Henri Lévy, David Cameron y Mustafa Abdul-Jalil

Dan Glazebrook
12 de septiembre, 2011
Fuente: Dissident Voice

Una violenta rebelión estalló en Benghazi , Libia , el 15 de febrero de este año . Seis días más tarde, el ministro de Justicia libio Mustafa Abdul -Jalil dimitió para establecer un gobierno alternativo . El 27 de febrero, el Consejo Nacional de Transición se estableció , y el 5 de marzo , este órgano se declaró a sí mismo el «único representante de toda Libia «, con Abdul -Jalil a su cabeza. Francia reconoció el TNC como el gobierno legítimo de Libia el 10 de marzo y el Gran Bretaña les ofreció una oficina diplomática en territorio del Reino Unido el mismo día. Nueve días más tarde, el Consejo creó un nuevo Banco Central de Libia y la Compañía Nacinal de Petróleo. En apenas un mes desde el inicio de la rebelión , Abdul -Jalil se había colocado a la cabeza no sólo de los rebeldes, sino del nuevo futuro gobierno, con el control de los recursos libios y de la política monetaria y la bendición de Occidente. El 17 de marzo , la OTAN comenzó su masacre en masa de soldados libios para instalar su régimen.

Es evidente que experimentadas potencias imperiales como Gran Bretaña, Francia y EEUU no se iban a comprometer a una campaña aérea de meses de duración para poner en el poder de un país tan rico en petróleo y estrategicamente importante a alguien si éstos no fueran activos probados y fiables. Así que, ¿quién es exactamente Abdul Jalil?

Abdul-Jalil obtuvo su puesto en el gobierno de Libia en enero de 2007, cuando fue nombrado Secretario del Comité General del Pueblo para la Justicia (el equivalente a Ministro de Justicia). Ha estado allanando el camino de la conquista militar y económica de Libia por parte de la OTAN desde entonces.

En primer lugar, como jefe del poder judicial , supervisó la puesta en libertad de los cientos de combatientes anti-Gaddafi que más tarde formaron el núcleo de la insurgencia. Saif al- Islam Gaddafi (el hijo de Muamar ) dirigió el programa de liberación de prisioneros – paso del cual ahora públicamente se arrepiente por ser totalmente ingenuo – pero enfrentó una dura oposición de poderosos elementos dentro de su propio gobierno. Por lo tanto, tener un comprensivo Ministro de Justicia era crucial crucial para permitir que las liberaciones siguieran adelante sin problemas. Cientos de miembros del Grupo Islámico de Combate Libio – incluyendo su fundador Abdulhakim Belhadj , ahora jefe militar de Trípoli – fueron puestos en libertad en 2009 y 2010 , y más tarde formarían las únicas unidades de combate indígenas de la rebelión entrenadas y experimentadas. En enero de 2010 , Abdul -Jalil amenazó con dimitir a menos que el programa de liberación de prisioneros fuese acelerado . En el segundo día de la insurgencia , la última tanda de 110 miembros del Grupo Islámico de Combate Libio fueron puestos en libertad. Acabado su trabajo, Abdul -Jalil dimitió de Ministro de Justicia, para poco después crear el Consejo Nacional de Transición.

En segundo lugar, Abdul-Jalil pudo utilizar su posición para ayudar a preparar el marco legal para la toma de control corporativo de los recursos libios que fue promulgada tan rápidamente después de la creación del CNT. Aunque su papel oficial había sido jefe del poder judicial, una gran parte del diálogo entre Abdul-Jalil y funcionarios de Estados Unidos registrado en cables diplomáticoos estadounidenses filtrados se había centrado en la privatización de la economía. Estos cables informaron del entusiasmo de Abdul-Jalil con «la participación del sector privado», y revelaron su opinión de que esta participación requeriría un cambio de régimen, o como los cables eufemísticamente decían, «ayuda internacional», para alcanzala plenamente. Los cables también informaron del ominoso comentario de Abdul-Jalil que, sobre la cuestión de la creación de un «ambiente legal comercial sensato» y para mejorar las relaciones entre Libia y los EE.UU. «se necesitaban menos palabras y más acción.»

En tercer lugar, Abdul-Jalil pudo organizar reuniones clandestinas entre los libios pro-privatización del «Programa de Desarrollo de Derecho Comercial» y funcionarios de Estados Unidos, tanto en los EE.UU. como en Libia. Los cables estadounidenses filtrados elogiaban su «voluntad de permitir a su personal comunicarse con funcionarios de la embajada fuera de los canales oficiales» y señalaban que «su organización parece tener una vía paralela en la obtención de aprobaciones de visados, evitando el Protocolo y el MFA [Ministerio de Relaciones Exteriores]».

Poco después del nombramiento de Abdul-Jalil en 2007, el otro jugador clave en el CNT de hoy – el presidente Mahmoud Jibril – también obtuvo un puesto en el gobierno de Libia. Jibril fue nombrado Director del Consejo Nacional de Planificación y posteriormente Director de la Junta Nacional de Desarrollo Económico, donde, según los cables de los Estados Unidos, él también ayudó a «allanar el camino» para la privatización de la economía de Libia y «dio la bienvenida a las empresas estadounidenses». Los funcionarios estadounidenses estaban totalmente eufóricos con Jibril después de su reunión de mayo de 2009, concluyendo que «con un doctorado en planificación estratégica de la Universidad de Pittsburgh, Jibril es un interlocutor serio que» entiende «la perspectiva de los EE.UU..» Muy reveladora dada la avalancha de deserciones de embajadores que siguieron a la rebelión en Benghazi fue la revelación adicional que Jibril había estado apoyando seis programas estadounidenses de formación para diplomáticos.

Alqaeeda

Abdulhakim Belhadj

2007 también resultó ser un año crucial para el otro gran actor del CNT, el Jefe del Consejo Militar de Trípoli, Abdulhakim Belhadj. Belhadj fue el fundador del Grupo Islámico de Combate Libio, una filial de Al- Qaeda que lanzó una insurrección armada contra el Estado libio en 1995 que duró dos años. Su salida de la cárcel en Libia en marzo de 2010, junto con cientos de otros combatientes del LIFG [Libyan Islamic Fighting Group], fue la culminación de un proceso que se inició con una carta abierta publicada en noviembre de 2007 por Norman Benotman – uno de los muchos combatientes del grupo que habían recibido refugio en el Reino Unido desde el fallido levantamiento. En su carta renuniaba a la violencia y, según el Times de Londres, «pedía a Al- Qaeda abandonar todas sus operaciones en el mundo islámico y en Occidente, y añadía que los occidentales comunes no eran culpables y no debíann ser atacados». La carta dio lugar a un proceso de diálogo entre el Grupo Islámico de Combate Libio y el gobierno libio , y fue seguida dos años después por una disculpa del Grupo Islámico de Combate Libio por su violencia contra el gobierno en el pasado, y una declaración de que «la simplificación de la yihad a la lucha con la espada es un error y una deficiencia». Obviamente alguien les había insinuado que los aviones no tripulados y los bombarderos B-52 serían mucho más eficaces.

Así que 2007 fue el año del lanzamiento de estos tres hombres en el camino hacia su actual cargo como gobernantes títeres de la OTAN en Libia. La carta de Benotman hizo políticamente posible el apoyo de la OTAN a una filial violenta de Al-Qaeda, ayudó a embaucar a Saif al-Islam para que liberara a las mismas personas que se convertirían en las fuerzas de tierra en el derrocamiento de su gobierno. El nombramiento de Abdul-Jalil como Ministro de Justicia, suavizó la salida de la cárcel de los combatientes, y preparó el marco legal para la toma del poder económico por parte de las corporaciones occidentales. El nombramiento de Jibril como Ministro de Planificación preparó, a un nivel micro, los detalles de cómo esta toma de poder se daría, y cultivó las relaciones con las empresas occidentales que se invitarían a entrar.

Así que ¿por qué sucedió todo esto? ¿Quién manejaba los hilos?

En el caso de la carta de Benotman, esto debió ser una simple cuestión del MI6 poniéndose en contacto con él en Londres, donde vivía, y poniéndole en contacto con una empresa de relaciones públicas decente para ayudarle a redactar la carta que haría políticamente posible que la OTAN se erigiese como fuerza aérea del Grupo Islámico de Combate Libio.

En cuanto a los dos nombramientos gubernamentales, Saif al-Islam Gaddafi fue el responsable final, pero está claro que no pretendía el resultado que dio. Estaba llevando a cabo reformas políticas y económicas impulsadas tanto por convicción genuina, como por un deseo ingenuo de mejorar las relaciones entre su gobierno y el Oeste, no se dio cuenta de que sin quererlo estaba preparando el terreno para la destrucción política y económica de su país. Así que la pregunta es – ¿estaba actuando por consejo de otra persona?

Si lo estaba, el candidato más probable es Mark Allen.

Mark Allen fue el agente del MI6 que habían facilitado el ‘acercamiento’ de Libia con Occidente en 2003. Saif al- Islam había conducido las negociaciones en el lado libio, por lo que para el año 2007, los dos hombres se conocían bastante bien. Pero para entonces, Allen ya no trabajaba oficialmente para el MI6. En 2004, el Consejo de Ministros británico, por la vía rápida y sin pasar por los procedimientos de seguridad habituales, consiguió un puesto para Allen en BP y en 2007, Allen concluyó con éxito un negocio petrolero de 15 billiones de libras entre BP y el gobierno libio. ¿Podrían haber estado los nombramientos de Abdul-Jalil y Mahmoud Jibril parte de este acuerdo? En retrospectiva, teniendo en cuenta sus ocupaciones posteriores, parece muy probable que el MI6 habría utilizado cualquier influencia para poner cómplices dispuestos en posiciones dentro del gobierno libio.

Según el Daily Mail, Allen también estuvo activamente presionando al gobierno del Reino Unido para que apoyara el programa de liberación de prisioneros. Por supuesto, el tono de su artículo, al igual que el furor actual de los medios sobre la complicidad del MI6 con la tortura de Belhadj, encaja con la narrativa general de que Gaddafi y Occidente tenían una gran relación hasta que la rebelión comenzó y forzó a la OTAN a llevar a cabo una intervención humanitaria. Todo está diseñado para ocultar la realidad de que Libia bajo el liderazgo de Gaddafi era un obstáculo para la dominación y la subordinación de África por parte de Occidente, y que el MI6 ha estado tramando su eliminación desde que llegó al poder..

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