Golpe de Estado Blando

0_imperio

Sara Rosenberg
20 de junio, 2013

De acuerdo al politólogo estadounidense Gene Sharp, la estrategia del ‘golpe suave’ puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente.

1ra etapa: ablandamiento (empleando la guerra de IV generación)

Desarrollo de matrices de opinión centradas en déficit reales o potenciales.

Cabalgamiento de los conflictos y promoción del descontento.

Promoción de factores de malestar, entre los que destacan:
desabastecimiento, criminalidad, manipulación del dólar, paro patronal (lockout) y otros.

Denuncias de corrupción, promoción de intrigas sectarias y fractura de la unidad.

2da etapa: deslegitimación

Manipulación de los prejuicios anti-comunistas (anti-populistas).

Impulso de campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa, derechos humanos y libertades públicas.

Acusaciones de totalitarismo y pensamiento único.

Fractura ético-política.

3ra etapa: calentamiento de calle

Cabalgamiento de los conflictos y fomento de la movilización de calle.

Elaboración de una plataforma de lucha que globalicen las demandas políticas y sociales.

Generalización de todo tipo de protestas, exponenciando fallas y errores gubernamentales.

Organización de manifestaciones, trancas y tomas de instituciones públicas (no respeto a las instituciones) que radicalicen la confrontación.

4ta etapa: combinación de diversas formas de lucha

Organización de marchas y tomas de instituciones emblemáticas, con el objeto de coparlas y convertirlas en plataforma publicitaria.

Desarrollo de operaciones de guerra psicológica y acciones armadas para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad.

Impulso de campaña de rumores entre fuerzas militares y tratar de desmoralizar los organismos de seguridad.

5ta etapa: fractura institucional

Sobre la base de las acciones callejeras, tomas de instituciones y pronunciamiento militares, se obliga la renuncia del presidente.

En casos de fracasos, se mantiene la presión de calle y se migra hacia la resistencia armada.

Preparación del terreno para una intervención militar del imperio o el desarrollo de una guerra civil prolongada.

Promoción del aislamiento internacional y el cerco económico.

gene-sharp-2

Gene Sharp es un profesor emérito de ¿QUÉ?

Vídeo: Del Gorilismo al Golpe Suave

Hugo Chávez: «Gene Sharp, George Bush, y sus ideólogos de este golpe suave mecha lenta, señores, este plan de ustedes, aquí en Venezuela, olvídense

.

Facebooktwittergoogle_plusmailby feather
,
2 comments on “Golpe de Estado Blando
  1. Por la paz y contra la no
    violencia – menuda ‘para-
    joda’. Aparentemente.
    Es que nos hallamos
    ante dos conceptos de
    resistencia no violenta
    a una política determi-
    nada – uno, elaborado
    por Mahatma Gandhi,
    noble, eficaz y todo lo-
    able(con un solo punto
    oscuro – el llamamien-
    to del propio Gandhi a
    la resistencia antifas-
    cista alemana a no re-
    correr a la violencia ni
    contra Hitler y su régi-
    men), y otro, creado por
    Gene Sharp – puesto en
    práctica por Otpor/Can-
    vas en Serbia, luego en
    Ucrania, Líbano, Geor-
    gia, Egipto, Libia, Siria,
    Venezuela, por el Hirak
    argelino y actualmente
    en Bolivia, sin olvidar la
    agitación hongkongue-
    sa -, estrategia psicoló-
    gica manipulativa y sis-
    temáticamente prepara-
    dora de una sí violencia
    posterior.
    Es preciso captar bien
    las diferencias entre es-
    tos dos conceptos, es-
    pecialmente al enfocar
    la primera fase del pro-
    cedimiento sharpiano.
    El de Gandhi, llamado
    ‘satyagraha'(‘unidad’,
    ‘solidaridad’, en sáns-
    krit), se basa en el man-
    tenimiento, contra vien-
    to y marea(es decir, con-
    tra el poder militar colo-
    nial o el terror de Esta-
    do), de la fidelidad a una
    idea básica y, por ende,
    de la valentía y la tenaci-
    dad generadas por la
    misma – por un tiempo
    indefinido. Es necesario
    incluso sacrificar la vida
    individual por la causa
    común, debilitando así
    al enemigo mediante el
    impacto del propio sacri-
    ficio masivo(la «fuerza
    victoriosa de la compa-
    sión», según Pankaj
    Mishra), es decir, no ma-
    tando sino muriendo. Y
    sin anhelo alguno por la
    venganza.
    El espíritu de los que
    practican(!en muchos casos sin darse cuenta!)
    la resistencia sharpiana
    es bien diferente. Su es-
    tado de ánimo suele ser
    el de una rabia ciega
    contra la supuesta pu-
    trefacción de la «clase
    política» en general y la
    corrupción en especial –
    pero sin base filosófica
    más allá del sueño con
    el «retorno de la decen-
    cia», la «democracia»
    (véase tu magnífica in-
    tervención por la ciber-
    emisora Canarias Se-
    manal de 2018, que ex-
    plicó todo), la «libertad»,
    la «dignidad del pueblo»,
    etcétera. Son igualmen-
    te valientes – pero nada
    pacientes: quieren con-
    seguir sus objetivos lo
    más pronto posible, con
    o sin asistencia extran-
    jera(¡occidental!), a la
    que suelen apelar ya
    con sus consignas y
    pancartas – siempre me-
    diante la telefonía redi-
    viaria, utilizada habilísi-
    mente como instrumen-
    to de propaganda(hasta
    con publicidad no tan
    encubierta para Face-
    book, como en Egipto).
    Algunos están incluso
    dispuestos a sacrificar
    sus vidas, sí – pero prin-
    cipalmente para ali-
    mentar la rabia de los
    supervivientes y de la
    opinión pública de Oc-
    cidente, del Gran Nor-
    oeste, del Imperio. Quie-
    ren morir para instigar
    a sus camaradas a ma-
    tar – acelerando así el
    proceso de desintegra-
    ción de la sociedad pre-
    vio a la guerra(in-)civil y
    la posterior intervención
    extranjera(o por lo me-
    nos, asistencia foránea
    a las fuerzas derechis-
    tas prooccidentales
    existentes).
    Y seguiría, por fin, la
    Gran Venganza.

  2. Por la paz y contra la no
    violencia – menuda ‘para-
    joda’. Aparentemente.
    Es que nos hallamos
    ante dos conceptos de
    resistencia no violenta
    a una política determi-
    nada – uno, elaborado
    por Mahatma Gandhi,
    noble, eficaz y todo lo-
    able(con un solo punto
    oscuro – el llamamien-
    to del propio Gandhi a
    la resistencia antifas-
    cista alemana a no re-
    correr a la violencia ni
    contra Hitler y su régi-
    men), y otro, creado por
    Gene Sharp – puesto en
    práctica por Otpor/Can-
    vas en Serbia, luego en
    Ucrania, Líbano, Geor-
    gia, Egipto, Libia, Siria,
    Venezuela, por el Hirak
    argelino y actualmente
    en Bolivia, sin olvidar la
    agitación hongkongue-
    sa -, estrategia psicoló-
    gica manipulativa y sis-
    temáticamente prepara-
    dora de una sí violencia
    posterior.
    Es preciso captar bien
    las diferencias entre es-
    tos dos conceptos, es-
    pecialmente al enfocar
    la primera fase del pro-
    cedimiento sharpiano.
    El de Gandhi, llamado
    ‘satyagraha'(‘unidad’,
    ‘solidaridad’, en sáns-
    krit), se basa en el man-
    tenimiento, contra vien-
    to y marea(es decir, con-
    tra el poder militar colo-
    nial o el terror de Esta-
    do), de la fidelidad a una
    idea básica y, por ende,
    de la valentía y la tenaci-
    dad generadas por la
    misma – por un tiempo
    indefinido. Es necesario
    incluso sacrificar la vida
    individual por la causa
    común, debilitando así
    al enemigo mediante el
    impacto del propio sacri-
    ficio masivo(la «fuerza
    victoriosa de la compa-
    sión», según Pankaj
    Mishra), es decir, no ma-
    tando sino muriendo. Y
    sin anhelo alguno por la
    venganza.
    El espíritu de los que
    practican(!en muchos casos sin darse cuenta!)
    la resistencia sharpiana
    es bien diferente. Su es-
    tado de ánimo suele ser
    el de una rabia ciega
    contra la supuesta pu-
    trefacción de la «clase
    política» en general y la
    corrupción en especial –
    pero sin base filosófica
    más allá del sueño con
    el «retorno de la decen-
    cia», la «democracia»
    (véase tu magnífica in-
    tervención por la ciber-
    emisora Canarias Se-
    manal de 2018, que ex-
    plicó todo), la «libertad»,
    la «dignidad del pueblo»,
    etcétera. Son igualmen-
    te valientes – pero nada
    pacientes: quieren con-
    seguir sus objetivos lo
    más pronto posible, con
    o sin asistencia extran-
    jera(¡occidental!), a la
    que suelen apelar ya
    con sus consignas y
    pancartas – siempre me-
    diante la telefonía redi-
    viaria, utilizada habilísi-
    mente como instrumen-
    to de propaganda(hasta
    con publicidad no tan
    encubierta para Face-
    book, como en Egipto).
    Algunos están incluso
    dispuestos a sacrificar
    sus vidas, sí – pero prin-
    cipalmente para ali-
    mentar la rabia de los
    supervivientes y de la
    opinión pública de Oc-
    cidente, del Gran Nor-
    oeste, del Imperio. Quie-
    ren morir para instigar
    a sus camaradas a ma-
    tar – acelerando así el
    proceso de desintegra-
    ción de la sociedad pre-
    vio a la guerra(in-)civil y
    la
    posterior intervención
    extranjera(o por lo me-
    nos, asistencia foránea
    a las fuerzas derechis-
    tas prooccidentales
    existentes).
    Y seguiría, por fin, la
    Gran Venganza.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *